La troponina es un complejo de proteínas estructurales y reguladoras de la contracción del músculo cardíaco y esquelético; consiste en tres subunidades polipeptídicas: troponina I (TnI) con actividad inhibidora de la actina, troponina T (TnT) encargada de fijar la tropomiosina y troponina C (TnC) fijadora del calcio; actúan simultáneamente en la contracción muscular. La molécula completa de troponina tiene forma globular y contiene una de cada subunidad TnI, TnT y TnC. La troponina I cardíaca (cTnI) es cardiaespecífica, su función es inhibir la actividad de la ATPasa del complejo actina-miosina en ausencia de calcio, impidiendo la contracción muscular. Por su alta concentración intracelular tiene un aumento significativo en circulación, en pacientes que presentan pequeñas o grandes lesiones del miocardio, a partir de las cuatro horas siguientes al evento cardiovascular, alcanzando su máxima concentración entre 14-36 horas, que permanece elevada durante 7-10 días, tiempo superior a otras enzimas como CK-MB y deshidrogenasa láctica (LDH). Es considerada el marcador bioquímico de elección para diagnóstico de infarto e isquemia aguda de miocardio, con una sensibilidad del 100% y una especificidad del 78%. La prueba es de utilidad en el diagnóstico temprano de lesiones del miocardio. Niveles elevados también están presentes en procesos de angina inestable, insuficiencia cardíaca, miocarditis, cirugía y posterior a la realización de métodos invasivos de diagnóstico cardíaco. De igual manera, presenta utilidad en el monitoreo de pacientes en tratamiento de trastornos tromboembólicos y síndrome coronario agudo. Permite la estratificación del riesgo de presentar infarto agudo de miocardio a repetición (riesgo pronóstico). Resultados negativos no descartan lesión del miocardio, siendo necesario tomar una segunda muestra pasadas 6 horas de la muestra inicial, para confirmar o descartar lesión cardíaca. Los niveles elevados de troponina I durante la recuperación del infarto son de mal pronóstico.