La prueba de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PDH) mide la actividad de esta enzima en los glóbulos rojos, la cual es esencial para proteger las células de daño oxidativo. Su utilidad clínica principal es el diagnóstico de la deficiencia de G6PD, un trastorno hereditario que puede causar hemólisis (destrucción de glóbulos rojos) en respuesta a ciertos factores desencadenantes, como infecciones, algunos medicamentos (como los sulfonamidas y la aspirina) y ciertos alimentos (como los frijoles fava). Esta deficiencia es más prevalente en poblaciones de origen africano y mediterráneo. La prueba es vital para identificar a los pacientes en riesgo de anemia hemolítica, lo que permite a los médicos tomar decisiones informadas sobre el manejo y tratamiento, así como evitar complicaciones graves.